Historia de las Prisiones
El origen de las cárceles se pierde en la noche de los tiempos, pues surgieron cuando el hombre tuvo necesidades de poner a buen recaudo a sus enemigos. Las primeras cárceles fueron cuevas, tumbas, cavernas, etc., lugares inhóspitos a donde se enviaban desterrados a los enemigos del Estado.
En la Biblia se mencionan a esos lugares y no eran precisamente cárceles en el sentido moderno del término, tal como las conocemos en la actualidad. Eran lugares adaptados para cumplir con la finalidad de separar a todos aquellos que eran considerados peligrosos para la sociedad y el Estado.
El origen de la palabra cárcel lo encontramos en el vocablo latino coercendo que significa restringir, coartar; otros dicen que tiene su origen en la palabra carca, término hebreo que significa meter una cosa.
Fue hacia el año 640 d. C. cuando encontramos la cárcel construida como tal, en Grecia y Roma, destinada a encerrar a los enemigos de la patria. En Roma se recuerda la cárcel conocida con el nombre de Carcere Mamertino, construida por Anco Marcio y según la leyenda, fue el lugar donde estuvo prisionero San Pedro.
En el imperio Romano no existía el Ergastulum, destinado a todos los esclavos que tenían la obligación de trabajar, término griego que significa labores forzadas. En Grecia existía una cárcel destinada a los jóvenes que delinquían y asimismo había el Pritanio, para los que atentaban contra el Estado.
En el Medievo no se encuentran cárceles, ya que en esta época se concebía la pena como venganza privada.
En la época de la composición feudal surge la necesidad de construir prisiones cuando los delincuentes no podían pagar la multa o el dinero a manera de composición, por el delito cometido.
Hacia 1300 encontramos en Francia La casa de los Conserjes, que fue transformada en cárcel y la famosa Bastilla, lugar donde se encerraba a los delincuentes políticos.
Como vemos, la tradición de castigar a quien infringe una norma tiene su origen en tiempos inmemorables de la historia humana, hasta convertirse en componente de la cultura socio-legal, llegando ese carácter a la época moderna. Por esta razón no haremos una explicación del concepto de pena más de cuanto baste a explicar el nacimiento de un sistema penitenciario como se entiende en la actualidad y porque además, rebasaría la finalidad del Derecho Penitenciario, adentrándonos en los campos de investigación de otra ciencia penal conocida como Penóloga.
Evolución de la Prisiones
- En Inglaterra, durante la primera mitad del siglo XVI se inaugura la primera casa de corrección para mendigos, vagabundos y prostitutas, con el objeto de frustrarlos y en esa forma corregir sus vicios.
- A principios del siglo XVII y tomando como punto de partida las experiencias inglesas, surgen en Holanda institutos para hombres y mujeres, donde se inició una incipiente readaptación social tomando como base el trabajo. Su característica fundamental era la férrea disciplina, la frecuencia de los castigos corporales y la persistencia de las condiciones de promiscuidad.
- En Roma, donde el Papa Clemente XI creó en 1703 el Hospicio de San Miguel, que todavía en la actualidad se encuentra el Porta Portese, de la capital Italiana, con objeto de acoger a los jóvenes delincuentes.
¿Para qué sirven las cárceles?
Si planteamos una alternativa a la prisión siempre se presenta la misma pregunta:¿qué hacemos con el homicida que se le ríe en la cara a la mamá de la víctima, o con una persona que ha infligido dolor y no le importa seguir haciéndolo?.
La respuesta es que es el riesgo que nuestras sociedades deben soportar. Porque no hemos descubierto la bolita de cristal que diga que alguien que ha cometido diez violaciones u homicidios, vaya a cometer once o doce o más.
Según el Doctor Héctor Hernández, de Ciencias Jurídicas por la Universidad Católica Argentina, hay una "visión romántica e idílica" entre quienes reclaman la abolición de la cárcel.
"Algo hay que hacer ante el delito, y no puede ser darle un premio. Al menos para que el delincuente no lastime mientras esté preso, pero además para retribuir el mal que hizo. Si yo sufro un daño grande, como que maten a mi hijo, siento como una reparación que se lo ponga preso".
"Hay cosas que son evidentes: si a alguien le roban siente que es justo que al que le robó se le aplique una pena. Si no se le aplica ninguna, el ladrón va a seguir robando y la sociedad se va a sentir insegura. El desasosiego se aplaca cuando se castiga".
La Pena Sustituta
Pedir la abolición de las penas es pedir la abolición del Estado, cuyo fundamento es ser la única instancia con legitimidad para ejercer la fuerza y castigar lo que la sociedad acuerda que es delito. Si se le quita esa potestad al Estado, sólo queda la justicia por mano propia, que lleva a la guerra de todos contra todos. ¿Eso es más civilizado que la cárcel?
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